Dicen que del amor al odio hay un paso. Y esta frase podría definir, en parte, «La música», una obra que habla del amor pero también de la separación y del dolor que supone cerrar una etapa. Los protagonistas son una pareja separada que se encuentran en un hotel después del juicio de su divorcio. Dos personas que se han amado, que se casaron, formaron un hogar, vivieron juntos pero, que como muchas otras, acaban cayendo en la incomunicación. Esa noche, en el hotel, conversan durante horas sobre qué les pasó, qué les llevo a alejarse tanto el uno del otro y a hacerse tanto daño mutuamente. Una noche en la que hay risas, gritos, reproches, discusiones, desesperación, angustia, pasión, tristeza… Ambos permanecen atrapados en el pasado, en lo que fueron y en lo que llegaron a convertirse el uno para el otro. Se miran, se tocan, se sienten, se aman y se odian. Una relación a punto de terminarse o quizá, a punto de comenzar.
Ella, interpretada por Ana Duato, parece ser más libre, más capaz de olvidar el infierno que vivieron en el último año de su relación. Él, interpretado por Darío Grandinetti, parece sufrir más, por lo que quiere arrancar ese dolor de su vida y se lo expone a ella de una manera que llega a rozar la crueldad. Ambos van mostrándose poco a poco, según avanza la obra. Dos personajes que se odian y se aman, que saben que una vez termine esa noche, sus caminos se separarán para siempre.
La autora de esta obra es Marguerite Durás, novelista y guionista que nació y creció envuelta en violencia, amor y muerte. El amor y la escritura son para ella elementos que van unidos. Quizá, por eso, resulta difícil separar realidad y ficción en su obra. Teatro, escritura, cine… Durás tocó muchos palos y en todos se mostró como la autora del deseo. Una artista libre, compulsiva, inclasificable, pasional, íntima, abstracta y feminista. Algo que se transmite en sus textos como en «La Música» (1965), una obra teatral que no solo escribió sino que también dirigió, de la que dijo que era «un constante reescribir la imposible partitura del amor«. Y es que aquí la música se entiende como algo emocional y psicológico que lleva a los personajes a crear una melodía con sus palabras y sus actos. Durás se convirtió, gracias en parte a su obra «El amante» con la que vendió más de tres millones de ejemplares, en una de las figuras más controvertidas y exitosas del siglo XX.
Esto ayuda a entender la importancia de este texto y de esta obra dirigida por Magüi Mira que se representa en el Teatro Infanta Isabel. «La Música» habla sobre las relaciones humanas, la soledad, la comunicación, el dolor, los recuerdos, el amor. Una obra en la que son tan importantes las palabras como los silencios y los gestos y donde se crea una atmósfera de tensión, de emociones contenidas y de nostalgia por lo perdido.
«La Música» se representa en el Teatro Infanta Isabel hasta el 13 de abril.