Fernando Pessoa dijo: «Nunca amamos a nadie: amamos, solo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos«. Es una de las muchas frases que se proyectan en una pantalla del escenario antes de comenzar «Sofá y dos cuerpos» en el Teatro Lara y que sin duda, tiene mucho sentido. Esta obra aborda al amor en toda su extensión, desde el flechazo y el posterior enamoramiento hasta el desencanto, la rutina y finalmente, la despedida.
Los protagonistas de esta obra son Diego y Bea que van contando su historia de amor desde sus propias perspectivas, cuando se conocen o cuando toman la decisión de vivir juntos y siempre expresando sus dudas, temores, deseos o quejas a través de palabras y saltos temporales. Así vamos conociendo a los personajes, los mejores y los peores momentos de su historia de amor. Vemos esa magia del principio, esas chispas y atracción que hay al conocer a alguien, esos inicios que hacen que todo parezca un sueño del que no quieres salir. Un apogeo sensorial y afectivo de dos cuerpos que sea aman y que desgraciadamente, va dando paso poco a poco a una convivencia rutinaria y aburrida, una decadencia paulatina y la irremediable ruptura. La acción ocurre en torno a un sofá que representa un espacio físico pero también emotivo en la relación de Bea y Diego. En él se encuentran, se atraen, se repelen, se aman y se distancian. En ese sofá será la idealización de la pareja perfecta pero también la decepción al descubrir de verdad al otro.
Protagonizada muy creíblemente y con una gran química por Elena Rey y Xoel Fernández, el texto y la dirección corren a cargo de Mariano Rochman. Está basada a partir de dos cuentos de Raymond Carver pero también de escenas surgidas de improvisaciones durante el proceso creativo. Es un texto en el que se mezcla el amor, con la ternura, el humor, el malestar, el rencor o la decepción, entre otros.
«Un sofá dos cuerpos» habla de la universalidad del amor, de la evolución en las relaciones, de cómo siempre idealizamos al otro al enamorarnos y como inevitablemente, todas las relaciones entran en una rutina de la que es complicado salir. Pero, sobre todo, habla de la importancia de la comunicación en una pareja en un mundo hiperconectado con la tecnología pero en el que nos sentimos más solos que nunca, aún estando acompañados. Habla de la importancia de la tolerancia y el respeto no solo en el amor sino también en la vida.
«Dos cuerpos un sofá» se representa los miércoles y los domingos en el Teatro Lara.