«Los chicos del coro, el musical»: inocencia, talento y humanidad

Una de las mejores maneras de saber si una obra de teatro (película, concierto, exposición o cualquier elemento cultural) te ha gustado es pensar en qué sensaciones te produce al salir. Es ser conscientes de lo que experimentamos tras estar sentado en un patio de butacas presenciando talento sobre el escenario. Tras ver «Los chicos del coro», puedo decir que la sensación que experimentas es de felicidad y por qué no decirlo, de fe en la humanidad. Y es que este musical nos hace creer que un mundo mejor es posible, que hay personas realmente buenas que saben dar paz en el infierno y ver luz donde la gran mayoría ve solo oscuridad.

Este musical es la adaptación de la película francesa homónima que en 2004 conmocionó a los espectadores con una historia muy especial. En el 1949 el profesor sustituto Clement Mathieu llega al internado «Fondo del estanque» y allí se encuentra con un director cuyo lema es «acción reacción» y que pretende «educar» a lo chicos con mano dura. Pero Mathieu es de ese tipo de personas que creen en el ser humano y sabe ver la bondad en unos niños muy traviesos criados en la Segunda Guerra Mundial en un internado lejos de sus padres, sin esperanza y sin que nadie crea en ellos. Pero este profesor que, había sido compositor en el pasado, consigue gracias a la música devolverles la ilusión a estos niños creando un coro. Esta maravilla de película, además, tenía una preciosa banda sonora compuesta por Bruno Coulais que emocionaba en cada nota.

«Los chicos del coro, el musical» es la adaptación de este filme pero con un toque más personal dirigido por Juan Luis Iborra y protagonizado por Jesús Castejón, Natalia Millán, Rafa Castejón, Eva Diago, Antonio MM e Iván Clemente, entre otros. Todos grandes representantes de la escena teatral y musical del país pero, sin duda, los que merecen una mención muy especial son los niños y niñas que forman el coro. Y es que una de las cosas que han aportado a la historia original es la presencia de niñas en el internado y que resulta ser todo un acierto. Hay casi 70 niños y niñas de entre los 6 y los 17 años participando en este musical que son los protagonistas absolutos. Sorprende ver su naturalidad sobre el escenario, su coordinación, su profesionalidad a pesar de ser tan jóvenes pero, especialmente, impacta su talento vocal. Es impresionante escuchar sus voces interpretando las preciosas canciones de esta película, sentir como sus voces envuelven todo el teatro y llegan hasta lo más profundo del alma.

Esta historia habla de la inocencia, de la infancia, de la solidaridad, del amor, del juego, de la ilusión, el esfuerzo y el trabajo. Habla de la importancia de intentar ver siempre el lado positivo de cada situación, de mirar al otro sin juzgar, solo observando más allá de lo aparente, de profundizar hasta conocer de verdad a alguien y ver esa luz que nos hace seguir creyendo en un mundo mejor. Una historia que te reconcilia con la vida.

«Los chicos del coro, el musical» se representa en el Teatro de La Latina.

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