«Un delicado equilibrio»: reflexión, incertidumbre y humor negro

La vida de un matrimonio adinerado se ve interrumpida cuando su hija vuelve a casa tras pasar por su cuarto divorcio. A esto se une la llegada de una pareja de amigos que aparecen en su casa llenos de miedos e incertidumbres y les piden quedarse en allí. Este es tan solo el inicio de «Un delicado equilibrio», una obra cumbre del teatro americano del siglo XX de Edward Albee, que obtuvo el Premio Pulitzer de 1967. El Teatro Fernán Gómez acoge esta obra que invita al espectador a la reflexión sobre la incertidumbre en la sociedad contemporánea y que, a pesar de tener más de 50 años, sigue totalmente vigente.

Bajo la dirección del argentino Nelson Valente, «Un delicado equilibrio» habla sobre la crisis del mundo social occidental, especialmente americano. Refleja la sensación de que es el fin de la «seguridad», a pesar de que vayamos construyendo signos y formas (la familia, el amor, la amistad) que nos refuerzan la ilusión de lo concreto, lo seguro y lo confiable. Pero, desgraciadamente, vemos como esa realidad que hemos creado se va desmoronando frente a nuestros ojos, mientras el tiempo se escapa, la vejez avanza y aparecen las culpas. Algo tan complejo como esto se refleja en esta obra con un guion sublime en boca de sus protagonistas y que sigue vigente a día de hoy, en un mundo lleno de incertidumbre como el que vivimos actualmente. Por muchas convenciones sociales que nos empeñemos en seguir construyendo para tener una garantía de estabilidad, todo parece tambalearse en cualquier momento.

La traducción del texto de Edward Albee, ha corrido a cargo, de dos de sus protagonistas, Alicia Borrachero y Ben Temple, que tienen el papel del matrimonio que lleva demasiados años conviviendo juntos. La hermana de ella es Manuela Velasco, una mujer alcohólica que aporta el toque de locura y humor durante la obra. La hija del matrimonio es Anna Moliner y la pareja de amigos que llega de improvisto está formada por Joan Bentallé y Cristina de Inza. Un reparto de lujo para una obra en la que los personajes no paran de hablar prácticamente en ningún momento y en la que lo único que importa son las palabras en un guion tremendamente inteligente, complejo y, en ciertos momentos incluso, filosófico. La maravillosa escenografía corre a cargo de Lua Quiroga Paul que, aunque no cambia en ningún momento, está muy elaborada y nos mete de lleno en el salón de la casa de este matrimonio de los años 60.

«Un delicado equilibrio» habla sobre la incertidumbre de la sociedad a través de los mecanismos que el ser humano ha creado precisamente para evitar esa incertidumbre, como son el matrimonio, la familia o la amistad… Pero todo esto puede desmoronarse en cualquier momento. Así que mejor aprender a vivir con ella viendo buen teatro como este.

«Un delicado equilibrio» se representa en el Teatro Fernán Gómez hasta el 28 de abril.

Artículo anterior«Robots»: un thriller trepidante sobre corrupción