«Tartufo»: “¿Cómo puede defenderse el hombre de un hombre?”

    Carmen Díaz. Desde el pasado 1 de septiembre, y hasta el 14 de noviembre, podemos disfrutar en el Teatro Reina Victoria de Tartufo, la nueva propuesta escénica del reputado director Ernesto Caballero. Partiendo del texto que en su día versionó José Marchena, el antiguo director del Centro Dramático Nacional (2012-2019) ha querido confiar en Pepe Viyuela para dar vida a este simpático “impostor” que, junto al resto del reparto, formado por los actores Paco Déniz, Silvia Espigado, Germán Torres, María Rivera, Estibaliz Racionero, Javier Mira y Jorge Machín; juegan cada día a encarnar a los personajes del gran clásico de Moliére.

    Nos encontramos ante una comedia que despierta la risa del público desde, prácticamente, el primer momento. Al comenzar la función, una de las cosas que más llama la atención es el uso de la metateatralidad, recurso que estará presente durante toda la obra: una compañía de teatro, cuyo director es Pepe Viyuela, se está planteando llevar a escena el Tartufo. La encargada de adentrar al espectador en el inicio de la trama es la actriz que dará vida a Dorina: Maria Rivera, una de las que más risas despierta en el público a lo largo del montaje.

    La representación transcurre a un ritmo fluido durante la hora y media que dura la función y, aunque los ocho actores se desenvuelven con soltura en el escenario, Pepe Viyuela destaca entre ellos en su versión del clásico impostor. No obstante, gracias a su simpatía y desparpajo, los momentos de mayor complicidad con el público se los lleva desde el principio el personaje de Dorina. Entre ellos cabe destacar cuando, invitados por la misma, todo el elenco se marca un “Tik Tok” en mitad de la representación mientras que, al mismo tiempo, se produce un cambio en la escenografía. Esta es, desde luego, una acertada forma de intentar modernizar este clásico del dramaturgo francés y acercarlo a la sociedad de hoy en día.

    La escenografía corre a cargo de Beatriz San Juan y se caracteriza por ser minimalista y práctica. A una escalera situada al fondo en el centro del escenario, se le añade una mesa o una serie de burritos con perchas llenas de ropa que los actores van moviendo a lo largo del escenario según las necesidades de la obra. Tanto la iluminación como el espacio sonoro, diseños de Paco Ariza y Luis Miguel Cobo respectivamente, están perfectamente integrados y ayudan a generar algunos de los momentos más interesantes sobre el escenario (como cuando los actores juegan con el espacio-tiempo).

    A pesar de que la obra de Tartufo fue estrenada en el año 1669, lo cierto es que cuenta con una serie de características que bien podrían hacernos reflexionar hoy en día. De hecho, a lo largo de la función, se van a dejar caer píldoras para ello como: “¿Qué tiene que hacer uno para defenderse de la mentira?” o “¿Cómo puede defenderse el hombre de un hombre?”. Sin duda, nos encontramos ante un nuevo acierto de Ernesto Caballero sobre las tablas.

    Tartufo estará en el Teatro Reina Victoria, Carrera de San Jerónimo, 24, de martes a viernes a las 20:00 horas, sábados a las 18:00 y 20:30 horas, y domingos y festivos a las 18:00 horas.

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